Era el inicio del nuevo curso, no hubo cambios lo cual benefició a Miguel enormemente. Seguía la misma maestra, la misma PT, los mismos niños, y Paloma que acudiría 2 días a la semana. Tanto la PT como la maestra mostraron gran interés, leyendo libros y artículos sobre el tema, incluso acudiendo a cursos y conferencias, ese interés se lo agradecí enormemente. Durante este curso Miguel fue evolucionando mucho, su comprensión iba mejorando y su expresión también, ya decía algunas palabras con la función de demanda, también hacía aproximaciones fonéticas sobre el modelo de los adultos, su interés por el lenguaje iba creciendo progresivamente. Miguel no mostraba interés por los demás niños de la clase, al contrario que sus compañeros, que si les gustaba llevarlo de la mano o jugar con él. En esta edad los niños son muy paternales, y todos intentaban cuidar a Miguel. Tuvo graves problemas para hacer la fila en el patio, eso de estar parado encima de una linea no tenía sentido para él, pero sus compañeros lo cogían de la mano para que no se escapase. Entendieron enseguida que Miguel repetía las palabras y aprendieron a darle sentido, cuando lo saludaban o despedían, le decían hola Miguel, y después repetían hola Pepito, para que al repetirlo Miguel, estuviera bien dicho. Les gustaba decirle cosas que él entendía como "Miguel besito" y Miguel les daba un besito. Nunca sentí que se burlarán ni que se aprovecharan de él, simplemente entendían que él era diferente y así lo asumían. Estoy segura de que en esto tuvo mucho que ver la tutora, que contaba con Miguel como uno más, que mostraba ante el resto de niños siempre una imagen positiva y de respeto. El hecho de que Paloma les enseñara a jugar con Miguel, les contara como entendía las cosas y les dijera que cosas podían hacer con él, también influyó positivamente en ellos. En ese curso se le hizo un dictamen de escolaridad con la modalidad educativa de integración en aula ordinaria. El jefe de estudios del colegio se implicó muchísimo, tenía muy buen feeling con Miguel, era una persona con una voz bastante grave y pensaba que este hecho llamaba la atención de Miguel. Cada vez que pasaba cerca Miguel le daba la mano para irse con él, y claro se lo llevaba encantado. La verdad que Miguel era muy querido en el colegio, muchas mañanas al entrar, le saludaba mucha gente, profesores que yo no conocía, alumnos mayores y pequeños, mamás que yo no conocía... incluso el barrendero que limpiaba los alrededores del cole, ya que llevaba un carrito que a Miguel le encantaba y siempre que lo veía corría al otro lado de la valla siguiendo su recorrido, este hombre que era muy amable siempre le saludaba, tenía en Miguel a su mejor fan!! Durante este curso la PT lo cogía todas las tardes a primera hora, Miguel que siempre se ha quedado al comedor, pilló enseguida la rutina, y aunque la maestra tendía a ir a recogerlo de la clase, Miguel se escapaba y la esperaba en la puerta donde hacían el refuerzo.
Durante este curso Miguel empezó con la conducta de quitarse los zapatos, en cualquier lugar y en cualquier momento, hablé con todo el equipo y les pedí que no lo consintieran, que inmediatamente que él se los quitara alguien se los pusiera y le dijera NO, fue pesado porque parecía que no servía de nada, pero al cabo de unos meses lo comprendió y ya no volvió a hacerlo. Tengo buen recuerdo de aquel curso, Miguel aprendió muchas cosas y además creo que era bastante feliz.
sábado, 1 de noviembre de 2008
2º curso de Educación Infantil
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2 comentarios:
Hola!
Acabo de descubrir tu blog... Esta entrada me ha recordado un pensamiento que me vino a la mente hace unos dias al ir a buscra a mi hija al cole...
Entre en su clase y alli estaba ella empujando un carrito que no suelta desde que ha cambiado de clase y aun no esta muy segura de si le gusta... Su amigo estaba disfrazado de mago con un enorme gorro, lleva dias disfrazandose nada mas llegar a la clase.
Mi hija dejo el carrito al verme y su amiga penso que se le habia caido y enseguida se lo trajo... En la clase todos saben que ella lleva el carrito todo el dia y no juegan con el hasta que ella se va...
Que bonito ver como los ninyos aceptan con facilidad las peculiaridades y como de mayores perdemos esa capacidad!
Hola Ana, si que es cierto. Cuando Miguel estaba en infantil los que tenían problemas para mantenerlo integrado eran los adultos, porque los niños no juzgaban cómo era Miguel, ni si era como ellos, simplemente Miguel era cómo era y ellos sabían que aprendía de forma diferente, y así lo aceptaban. Lástima que cuando crecemos perdemos esa naturalidad y nos centramos en juzgar todas las cosas. Un saludos Inma
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