viernes, 8 de diciembre de 2017

Las dificultades como oportunidades

Ya he comentado alguna vez que Miguel tiene dificultades con ciertas palabras "venga", "vamos", "rápido" son algunas de ellas. (En este enlace tenéis más información)
Desde hace algo más de un año también tiene dificultades con las correcciones. Le altera la palabra "NO" y cualquier tipo de corrección, es como si le doliese físicamente. Decirle "Miguel así no" aunque sea con el tono más suave del mundo, provoca una gran reacción en él, muy descompensada con lo que la provoca. Volver a una situación regulada le cuesta mucho, se le queda en la cabeza y no consigue deshacerse de esos pensamientos recurrentes.
Es una situación complicada porque cada vez que le corregimos, entra en un proceso de ansiedad, sufre y esto le provoca problemas de comportamiento. También complica su inclusión en el instituto, algunos profesores no saben cómo dirigirse a él para que no se lo tome mal, evidentemente para que aprendamos es necesario que nos corrijan. Lo estamos trabajando, tanto las palabras prohibidas, como las correcciones, pero claro, esto no desaparece de un día para otro, todo requiere mucho trabajo, mucha constancia, mucha paciencia, mucha fe en él, y darle mucho mucho tiempo.

Hace unos días sucedió una de estas situaciones, Miguel se mordió una uña y su padre le dijo que eso no se hacía, él se alteró mucho. Es como que se le mete en la cabeza y no puede decir otra cosa más que "morderse las uñas no está mal", "no está mal, no está mal, no está mal, no está mal, no está mal, morderse las uñas no está mal papi,  no está mal, no está mal, no está mal papi, no está mal.... y es agotador para el que tiene al lado, aunque lo es mucho más para él, que sufre con algo que no comprende. Esto sucedió por la mañana y cuando yo llegue por la tarde, me estaba esperando para contármelo con el mismo agobio. Le dije no está mal Miguel, pero es feo. Entonces entró en bucle de nuevo, "no es feo, no es feo, no es feo, morder las uñas no es feo, no es feo, no es feo, no es feo mami, no es feo morder las uñas, no es feo morder las uñas, no es feo, no es feo, no es feo, no es feo... Intenté pararlo porque verlo sufrir así, te encoge el corazón. A veces tengo que darle la razón para que pueda salir de esa situación, porque si yo insisto en que eso es feo o malo, él no puede salir de ese bucle. Ayer ocurrió y le di la razón, "tranquilo Miguel no es feo, no es malo, no pasa nada, tranquilo Miguel" Para mí es una contradicción darle la razón en algo que sé que está mal y él necesita saber que está mal, para poder corregirlo. Estrujándome la cabeza para ver como podíamos hacerlo, se me ocurrió decirle "Miguel no es feo, no está mal, pero es mejor cortarlas con tijeras". Me miró y me dijo "no es mejor tijeras, no es feo, no es malo, no es feo, no es malo... yo insistí porque me dió la impresión de que lo admitía, y él solo incluyó en sus repeticiones "pero es mejor con tijeras, pero es mejor con tijeras" "no es feo, no es malo, no pasa nada, no es feo, no es malo, pero es mejor con tijeras", se lo repitió a si mismo unas cuantas veces. Como ya estaba un poco más calmado, le dije quieres ver un vídeo de youtube? y se fue al ordenador. Al cabo del rato vino y me dijo "mami es mejor con tijeras, he cortado las uñas tijera gris". Él solo, se había ido al cuarto de baño, había buscado mi estuche de la manicura, había sacado las tijeritas y se había cortado las uñas que no se había mordido. Esto me dice que las funciones ejecutivas siguen mejorando, porque es capaz de llevar a cabo acciones complejas que él solo ha planificado. También que el enfrentarnos al "NO" o a las correcciones, no es una buena vía para él, quizá el darle la opción buena sin hacer una corrección explícita, le ayude a mejorar sus acciones. Seguiremos con esta estrategia de decir es mejor de tal manera, a ver si así podemos ayudarle a superar esta etapa de tantas ansiedades. En cualquier caso me alucina que él solo sea capaz de ir a por las tijeras y de cortarse las uñas, sin pedir ayuda. Miguel tiene muchas dificultades, pero a veces con este tipo de estrategias nos demuestra que tiene todavía muchas capacidades por desarrollar.
El otro día también nos dejó alucinados porque se le rompió unos de sus coches de Hot Wheels, se fue al cajón de su padre dónde tiene algunas herramientas, sacó un destornillador, desmontó por completo el coche, arregló las ruedas y luego lo volví a montar, y al acabar vino y nos lo contó, nos pareció alucinante.

Miguel no tiene límites, es capaz de volar! Seguimos instalados en la visión positiva del autismo, seguimos viendo las dificultades como oportunidades, porque a pesar de lo complejo que es, siempre encontramos alguna salida. No puedo hacer otra cosa que admirar a mi hijo y ser su mayor fan!