sábado, 31 de mayo de 2008

CÓMO INICIAMOS LA COMUNICACIÓN

Miguel fue diagnosticado de Autismo con Disfasia asociada, a los tres años y medio. La comunicación de Miguel hasta este momento era bastante precaria. Utilizaba conductas instrumentales para realizar las demandas, señalaba poco y de una manera grosera. A nivel oral presentaba una especie de jerga ininteligible, que en realidad eran ecolalias de sus películas favoritas de Disney, (descubrimos esto porque en ocasiones acompañaba la jerga con los ademanes de los personajes y una aproximación a la entonación). No utilizaba nunca la voz para realizar demandas, era un juego interno que no utilizaba para compartir. Esto fue cambiando cuando descubrimos que era lo que realmente decía, ya que tanto su hermano, un año mayor que él, su padre y yo misma, nos fuimos aprendiendo los diálogos para poder entrar en su juego. No en todas las ocasiones pero sí en algunas nos dejaba participar y le hacía gracia que dijéramos lo mismo, iniciándose un principio de interacción que tenía todas las pistas de ir creciendo y evolucionando.
En ningún momento nos agobió el tema del lenguaje oral, después del paso del tiempo y de haber conocido a muchos papás que siempre hacen la pregunta del millón “hablará?”. Me sorprendo al reconocer que nosotros nunca a ninguno de los psicólogos ni terapeutas que trabajaron con Miguel les preguntamos esto. Sí por supuesto, todo lo referente a encontrar el mejor medio para comunicar, quizá el estar metida dentro de la Educación Especial y conocer que existen buenas alternativas al lenguaje oral, ayudó a no obsesionarnos con este tema. Sin embargo, he de reconocer que en este aspecto me agobiaba mucho que nunca me llamará “mamá”, pero hoy lo concibo más por lo que podría sufrir la relación y mis sentimientos, que por la voz misma.

PRESENTACIÓN

Mi nombre es Inma Cardona, soy logopeda de un colegio de Educación Especial. Llevo trabajando en el campo de la Educación Especial 20 años, como logopeda llevo 5 años. He pasado por diferentes etapas, primero en colegio, después en centro de día y ahora de nuevo en colegio. Siempre me ha interesado mucho todo lo que las personas con las que he trabajado me han aportado, que ha sido muchísimo. En mi vida personal, ha habido situaciones que me han hecho evolucionar mucho como persona, la más importante ha sido la de ser madre. Mi vida tiene un antes y un después. Durante mi primer embarazo, no pensé que el cambio sería tan grande, al margen de las horas de sueño que pierdes y del trabajo multiplicado, mis sentimientos fueron los que más evolucionaron, esa sensación de cuidar del bebé, de enseñarle todo, de verlo crecer, es grandioso. Mi hijo mayor se llama Roberto y es un ser estupendo. Con mi segundo hijo, los sentimientos fueron similares, con un poco de impotencia de no poder dar más de si, pues el segundo no duplica todo, si no que lo multiplica por mucho, y Roberto sólo tenía 17 meses, por lo que nos necesitaba muchísimo. Miguel mi segundo hijo, es otra persona maravillosa. Las vidas de mis dos hijos eran muy similares ya que sus edades eran muy cercanas. En este crecer hubo una interrupción, fue cuando vimos que el paralelismo en su desarrollo se iba alejando, Miguel no jugaba como Roberto, no nos miraba apenas, no le interesaba las cosas que interesan a otros bebés. Miguel es autista, pero esto es sólo una condición, una forma de ser, ante todo Miguel igual que Roberto es un niño y esto está por encima de todo. Ser madre es lo mejor que me ha pasado en esta vida. Así que aún me atreví a repetir, entonces nació Inma, otra maravilla de persona, poco a poco los iréis conociendo y viendo cómo han contribuido a crear una relación estupenda entre ellos. Hablaré sobre todo de lenguaje, de comunicación, de la comunicación de Miguel. Por supuesto no puedo dejar de nombrar a la persona con la que comparto mi vida, al padre de estos tres niños maravillosos, es Roberto, una persona con una visión positiva de la vida, que me acompaña siempre y a quien quiero con locura.