Empieza Setiembre y queda muy poco para el inicio del nuevo cole. La verdad que estábamos preocupados por si Miguel se adaptaría al nuevo entorno, los nuevos profesionales, nuevas normas, etc. Una vez más nos sorprende su capacidad de adaptación, para algunas cosas los cambios los lleva fatal, pero para otras, sin problemas. Unos días antes de empezar el cole, me acerqué a conocer a la maestra, no me parece adecuado que Miguel empiece el cole sin que nadie sepa nada más de él, que lo que pone en los papeles. La impresión que me causó la nueva maestra fue muy buena, quizá el hecho de que viniera de un centro específico y el tema de la primaria fuera nuevo para ella, me tranquilizó. Primero porque ella tenía que adaptarse a un nuevo entorno y a unas exigencias nuevas, lo mismo que Miguel, y en segundo lugar porque no le asustaba la palabra autismo y sabía cómo llegar a Miguel. La maestra era muy tranquilizadora, me decía, me entiendo perfectamente con él, tenía claro que objetivos eran prioritarios en Miguel, entre ellos que permaneciera sentado el mayor tiempo posible, y que se mantuviera callado. Desde el primer momento le colocó la mesa a su lado y se implicó mucho en todo lo referente a él. En realidad todo el equipo lo hizo, nos reunimos el primer mes, entonces Paloma aún trabajaba con Miguel, así que fuimos las dos a la reunión, por parte del cole acudieron la maestra, la pt, el logopeda, la psicóloga y el jefe de estudios. El nivel de implicación era altísimo, ahora lo pienso y me parece increible, en lugar de ser lo habitual, lo concibo como la suerte que tuvo Miguel, que triste!! Bueno en la primera reunión decidimos que periódicamente nos juntaríamos para ver la adaptación y la evolución de Miguel. Les planteo como fue su escolaridad anterior y cómo Paloma acudía al cole, les pareció estupendo y quedaron en consultarlo. La primera toma de contacto fue muy buena. En una segunda reunión me informan de que el inspector niega la entrada de Paloma al aula y que es imposible, para darle más oportunidades a Miguel han pedido ampliarle el número de horas de PT, el máximo son 5 y han conseguido 7, de las cuales unas serán en el aula de PT y otras en el aula ordinaria con apoyo de la PT. En poco tiempo vieron el estilo de aprendizaje de Miguel y su interés por las imágenes. Le pusieron un horario hecho con fotos para anticiparle todas las actividades del día, en poco tiempo decidieron cambiarle su espacio del aula ordinaria para ver si conseguián que trabajara un poco mejor, uno de los grandes empeños de la PT era que Miguel debía acabar el trabajo a realizar antes de levantarse, así que se les ocurrió ponerle en la clase en lugar de una mesa, dos. Seguía muy próximo a la mesa de la maestra, sus mesas estaban pegadas a la pared y encima de cada mesa había un cartel y una foto, el la mesa de la izquierda ponía "a trabajar" y había una foto tamaño folio de Miguel trabajando y en la segunda mesa el cartel decía "a jugar" y la foto era de Miguel jugando. Esta pequeña adaptación a él le vino muy bien, ya sabía que cuando se sentaba en la mesa de trabajo debía realizar la ficha o lo que tocase y que si l acababa podría cambiar de mesa y jugar con alguna cosa. Por otra parte trabajaba en el aula de PT de manera individual y alguna sesión de grupo. También decidieron que debía conocer el nombre de todos sus compañeros, enviaron una nota a todos los padres del aula pidiendo permiso para hacerles fotos a todos para uso pedagógico, y empezaron a trabajar, en el segundo trimestre Miguel ya sabía los nombres de todos sus compañeros. He de decir que la PT era una profesional muy competente y ambiciosa, si Miguel hacía un poco ella siempre quería más, lo que la hacía buscar nuevas ideas, nuevos recursos y estar siempre alerta con Miguel. Durante el segundo trimestre la maestra del aula cogió la baja ya que estaba a punto de dar a luz y no le quedaba otro remedio. La sustituta que vino era una chica muy joven sin apenas experiencia, pero como todo el equipo lo tenía todo tan cuadrado y controlado enseguida se cogió. La verdad que esta chica también le puso ganas. Todo iba genial, Miguel estaba trabajando sentado en el aula de PT y en la de Logopedia unos 40 minutos sin levantarse, todo un logro. Pero llegó el tercer trimestre, empezó a calentar más el sol y Miguel decidió que quería vacaciones. Empezo a no querer ir al colegio, a enfadarse por las mañanas mucho, muchísimo, algunos días tenía que salir la PT a la puerta del colegio a recogerlo porque se me tiraba al suelo y no había manera. Nos reunimos un montón de veces y me decían que cuando entraba se le pasaba, aunque su ritmo de trabajo había descendido un poco. Bueno a pesar de que Miguel estaba cansado del cole y ponía problemas a la entrada, el equipo siguió muy motivado. A final de curso me pidieron una nueva revisión de dictamen, aunque no tuvo nada que ver con la anterior. Me explicaron que era para pedirle más recursos y así lo hicimos, Miguel seguía en modalidad de integración en aula ordinaria pero se pedía el apoyo de un educador.
lunes, 1 de diciembre de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario