
Desde que Miguel era pequeño hemos trabajado sobre la empatía. A pesar de sus muchas dificultades, nos demostraba que a un nivel muy básico si tenía empatía. Con 4 años cuando aun no tenía lenguaje, si me enfadaba con su hermano venía rápidamente y me estiraba la boca para dibujarme una sonrisa. Necesitaba constantemente un ambiente estable y tranquilo. Si yo me enfadaba, él se alteraba, por lo que asoció que cuando yo sonreía, el se encontraba bien.
Muchas...