Miguel tiene una muy buena relación con su hermano Roberto, apenas se llevan 17 meses. Roberto es mayor, pero ambos siempre lo han hecho todo juntos, iban juntos a la guardería, después al colegio, empezaron juntos la piscina, comparten dormitorio, y todo en su vida ha sido compartido. La relación entre ambos es muy especial, Miguel adora a Roberto, si Ro se acuesta más tarde, Miguel se va a la cama diciendo "y ahora viene Roberto, y ahora viene Roberto", lo busca mucho para jugar, para que le ayude con cualquier cosa que no pueda hacer, para besarlo, para sonreirle a pocos centímetros de su cara, si Roberto se enfada, aunque no sea con él, Miguel se altera bastante. También en alguna ocasión se han peleado, incluso empujándose, como dos hermanos con mucha relación, aunque han sido pocas veces y siempre han acabado abrazándose. La relación de Roberto con Miguel es muy especial, Roberto le ha enseñado muchísimas cosas, desde juegos con el ordenador a enjabonarse en la bañera, pasando por el nombre de todas las especies de dinosaurios, le ha enseñado muchísimo lenguaje y además Roberto se enorgullece mucho de Miguel, de todo lo que va aprendiendo. Ayer sin ir más lejos me decía, ¡mamá Miguel está jugando con un coche y le pone un dinosaurio encima como si estuviésemos en Dinópolis! (estamos iniciando el juego simbólico), está pendiente de cada cosa nueva que aprende. Otra cosa que hizo esta semana, fue enseñarle a gritar, ¡¡Gooool de España!! y juntos lo gritaban por la ventana. Roberto lejos de tener conocimientos específicos de autismo, conoce perfectamente a su hermano, su estilo de aprendizaje, su estilo de pensamiento, a veces incluso cuando perdemos la paciencia por alguna cosa, me dice "mamá, eso no lo entiende" Es muy protector de Miguel, siempre lo ha sido, cuando tiene una rabieta, le gusta encargarse de atenderlo y de calmarlo, existe un vínculo entre ellos muy fuerte. También Roberto a veces se cansa cuando Miguel quiere ver la misma película todos los días de la semana, o cuando le coge sus cosas, pero aunque se enfade con él, siempre encuentra un momento para acercarse sonreirle y ver a Miguel feliz.