Cuando digo que poco a poco pasó a ser todo oral, me refiero a un proceso que aún está en marcha, que ha sido lento pero siempre en constante evolución. Empezó sobre los 4 años con lenguaje oral, sustituyendo los pictogramas que conocía por la palabra correspondiente. Cuando esta etapa estuvo bastante asentada, es decir cuando demostraba interés por oralizar, cuando comprendió que era menos esfuerzo decir peli, que ir a por el picto y entregárnoslo, decidimos que era el momento adecuado para introducir la frase. Ésta era muy sencilla, suponía añadir "quiero" a cualquier palabra que usara. En esta fase del lenguaje, la única función que cumplía la comunicación de Miguel, era la de realizar demandas. En esta época no nos llamaba, no conocía nombres de nadie, ni de familiares, ni de maestros, ni tan siquiera papá y mamá. Por lo que añadiendo quiero se componía una frase con sentido, muy fácil porque era la misma estructura para todas las frases. Así cada vez que venía y decía "peli", le repetíamos, "quiero peli". Miguel aprende por repetición, aunque el número de repeticiones es inmensamente mayor al que necesita cualquier otro niño, nosotros insistimos mucho, con cada palabra repetiamos el "quiero x". Más o menos empezamos en un mes de junio, y en septiembre empezó a utilizar el quiero, aunque sólo en algunas ocasiones, pero era la pista que necesitábamos para saber que estábamos en el buen camino. Entoces Miguel tenía 4 años y medio.
domingo, 8 de junio de 2008
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
0 comentarios:
Publicar un comentario