Al acabar la charla y repasar lo que había contado, recordé lo duro que fue cuando Miguel tuvo que salir del colegio. Quise hacer una despedida un poco especial, pensé en comprar chuches, en hacer una tarta, en comprar un regalito para cada compañero de su clase... quería dejarles algo de Miguel y que siempre pudieran recordarlo. Así que al final me decidí por escribirles un cuento, en donde hablase del paso de Miguel por el cole. Eso hice, a cada compañero le regalamos ese cuento y a las maestras también para que siempre pudieran recordarlo. Os dejo aquí el cuento por si os apetece leerlo.
Aún hay madres de aquella clase que me dicen que de vez en cuando lo releen
1 comentarios:
Qué bonito cuento, y qué gran idea. Seguro que los compañeros de aquellos primeros años todavía le recuerdan.
Los niños con diversidad funcional son grandes maestros para los demás en una asignatura fundamental que en muchos coles se olvida: los valores.
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